La imagen de la Virgen de Crtegada estuvo guardada durante muchos años en la casa de Pastora Sardiñeira, nacida en Cortegada en 1890 e hija de Roque Sardiñeira, guardián de Cortegada desde su privatización hasta 1931, cuando fue confiscada por la República. Pastora estaba casada con Benito Franco García, y fueron padres de Benito (mi suegro) y Pastora Franco Sardiñeira, esta última muy conocida en Carril como Pastorita, una gran guardiana de la memoria de Cortegada. La imagen de la Virgen era muy curiosa: en origen era una talla policromada de madera de con el Niño en brazos, pero en algún momento alguien decidió "reacondicionarla": se eliminaron los brazos, sustituyéndolos por unos brazos alticulados desproporcionadamente largos y se dejó solo la cabeza del Niño, sin su cuerpo ni brazos que lo sostuviesen. Para disimular este estropicio, se le ponían a lo que que quedaba de talla vestidos de tela, que alargaban mucho la imagen de la Virgen, con una abertura por donde salía la cabeza del Niño, colocando los brazos articulados en forma que parecía que lo estaban sosteniendo. Había varios vestidos, confeccionados por Pastorita y su hija Teresa que conseguían que la visión final de la Virgen de Cortegada fuese muy presentable, probablemente mejor que la figura policromada original.
La imagen de la Virgen de Crtegada estuvo guardada durante muchos años en la casa de Pastora Sardiñeira, nacida en Cortegada en 1890 e hija de Roque Sardiñeira, guardián de Cortegada desde su privatización hasta 1931, cuando fue confiscada por la República. Pastora estaba casada con Benito Franco García, y fueron padres de Benito (mi suegro) y Pastora Franco Sardiñeira, esta última muy conocida en Carril como Pastorita, una gran guardiana de la memoria de Cortegada. La imagen de la Virgen era muy curiosa: en origen era una talla policromada de madera de con el Niño en brazos, pero en algún momento alguien decidió "reacondicionarla": se eliminaron los brazos, sustituyéndolos por unos brazos alticulados desproporcionadamente largos y se dejó solo la cabeza del Niño, sin su cuerpo ni brazos que lo sostuviesen. Para disimular este estropicio, se le ponían a lo que que quedaba de talla vestidos de tela, que alargaban mucho la imagen de la Virgen, con una abertura por donde salía la cabeza del Niño, colocando los brazos articulados en forma que parecía que lo estaban sosteniendo. Había varios vestidos, confeccionados por Pastorita y su hija Teresa que conseguían que la visión final de la Virgen de Cortegada fuese muy presentable, probablemente mejor que la figura policromada original.
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